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China

La factoría del mundo. El protagonismo chino en la producción de e-readers

Como bien se sabe, China constituye desde hace varias décadas un centro mundial de fabricación de bienes de toda clase. Calzados, textiles, juguetes, productos químicos, artículos electrónicos: a más de 30 años de las primeras reformas económicas de Deng Xiaoping, los bajos costos de su mano de obra y su creciente mercado interno han convertido a China en uno de los polos industriales más dinámicos del planeta. A principios de 2010, el gigante asiático consiguió desplazar a Alemania del primer puesto en el ranking de exportadores globales,[1] y se prepara para destronar a EEUU en el liderazgo industrial a secas.[2]

La primacía china se manifiesta con claridad en el campo de los e-readers. Según diversas fuentes, alrededor de la mitad de los dispositivos de tinta electrónica del mundo se fabrican en China.[3] En la actualidad, se calcula que entre el 60% y el 70% del mercado local se encuentra en manos de Hanvon,[4] que lleva vendidos más de un millón de e-readers.[5] Este coloso de la tecnología fundado en 1998 ha implementado desarrollos significativos en software de reconocimiento de texto, soluciones biométricas y otros avances que le valieron diversos galardones internacionales.[6] Sus principales metas para el mediano plazo son crecer en el mercado estadounidense,[7] masificar su reciente dispositivo de tinta electrónica color[8] y fortalecerse como distribuidor de contenidos.[9] Con todo, a la lista de los principales fabricantes de e-readers habría que agregar empresas como Jinke –con su popular dispositivo Hanlin–,[10] Newsmy y Netronix.

Según Zhang Yanan, experto en dispositivos electrónicos de la consultora Analysys International, los e-readers extranjeros tienen todavía poca penetración en China debido a que empresas como Amazon o Sony se muestran muy cautas, ya sea por cuestiones de copyright, por la falta de canales de venta o por dificultades relacionadas con las tipografías en chino.[11] Este hecho, sumado a que los mismos gadgets distribuidos por Apple o Amazon en los países industrializados están ensamblados en China, puede llevar a creer que el gigante asiático lleva una cómoda ventaja en este área. Sin embargo, los fabricantes de e-readers chinos enfrentan un desafío similar al que acosa a las compañías de servicios informáticos en India: la dificultad de generar marca y de competir por variables que vayan más allá del mero precio. En efecto, la competencia entre fabricantes de e-readers es tan feroz que las utilidades no cesan de caer, lo que obliga a muchos a retirarse del mercado –tal como ocurrió con Foxit y su dispositivo eSlick–[12] o a migrar a otros rubros, como la producción de tabletas.[13] Con el paso del tiempo, tal vez asistamos al mismo fenómeno de commoditización en el nuevo segmento de las tabletas, a medida que se incorporen más jugadores. Es que a fin de cuentas, el valor y las utilidades se dirigen hacia el lugar donde se diseñan los dispositivos, no hacia donde son fabricados. Recientemente, el New York Times describió cómo el ensamblado de un iPhone 4 reporta apenas 6,54 dólares –alrededor del 1% del precio de venta del aparato– a empresas en China, mientras que los beneficios para Apple ascienden a 360 dólares.[14] Apple y Amazon –al igual que incontables empresas multinacionales–[15] disponen de modelos de negocio integrados que van mucho más allá de la venta de hardware, lo que les permite resistir mejor la guerra de precios. Como explica Wang Bangjiang, vicepresidente de Hanvon:

Amazon goza de un mercado mucho más maduro, en el cual los consumidores aceptan pagar 10 dólares para descargar un libro. Con jugosos ingresos provenientes de la venta de contenidos, Amazon está bien posicionado para bajar los precios de los dispositivos, lo cual a su vez atrae a más clientes. Éste no es el caso de China, donde la mayoría de los consumidores están acostumbrados a descargarse libros gratuitamente. De modo que los fabricantes de e-readers como Hanvon todavía dependen de la venta de aparatos, y encuentran serias dificultades para bajar los precios de sus productos.[16]

Con todo, según Sun Peilin, colega de Zhang Yanan en Analysys International, existe una salida a este atolladero:

El margen de beneficio para la actividad de venta de hardware se ha vuelto más y más estrecho debido a la competencia extrema (…). Lo que los productores de e-readers chinos pueden hacer es cooperar con los editores para desarrollar software; de otro modo, no sobrevivirán vendiendo hardware exclusivamente.[17]

Esta constatación ha engendrado en China ecosistemas digitales que combinan hardware, software y contenidos, y en este sentido se hallan mucho mejor preparados para desafiar a sus rivales estadounidenses o europeos. En breve presentaremos estos interesantes casos, pero antes describiremos brevemente las principales plataformas de e-commerce locales.


 

Notas    
  1. Cf. “China ‘overtakes Germany as world’s largest exporter’”, BBC News, 10 de enero de 2010.
  2. Cf. Marsh, Peter: “US manufacturing crown slips”, The Financial Times, 20 de junio de 2010.
  3. Cf. Zhuang Guangping: “China’s digital publishing coming of age”, China Economic Net, 5 de julio de 2010.
  4. Directivos de Hanvon aseguran incluso que la firma domina más del 70% del sector (Cf. “China’s biggest e-reader maker Hanvon launches new online store in Taiwan”, The China Post, 28 de diciembre de 2010).
  5. Cf. “Hanvon Unveils E-Book Store in Taiwan”, Want China Times, 28 de diciembre de 2010.
  6. Cf. “Our Achievements”, Hanvon.
  7. Cf. por ejemplo Galante, Joseph: “Chinese E-Reader Maker Plans to Enter U.S. This Year”, Bloomberg, 6 de enero de 2011.
  8. Cf. Taub, Eric A.: “Color Comes to E Ink Screens”, The New York Times, 7 de noviembre de 2010.
  9. Cf. “Hanwang millions of electronic paper book sales broke Yingjian: content platform for future development”, people.com.cn, 6 de diciembre de 2010. Regresaremos sobre este punto al examinar los ecosistemas digitales privados.
  10. Cf. “COMUNICADO: Jinke lanzará los dispositivos de panel táctil de ePaper e infrarrojos de 9,7 pulgadas”, Europa Press, 3 de enero de 2011.
  11. Cf. “E-readers writing a new chapter”, Global Times, 1º de marzo de 2010.
  12. Cf. “eSlick Reader”, Foxit. Lo mismo sucedió con la compañía Edo, que –tal como examinaremos más adelante– tuvo que asociarse con la cadena de librerías Xinhua para poder sostener su línea de e-readers; cf. Wuping Zhao: “In Fierce Competition, Leading Chinese E-reader Manufacturer Halts Production”, Publishing Perspectives, 16 de agosto de 2010.
  13. Esta migración se ve estimulada por el hecho de que la patente de la tinta electrónica utilizada en la mayoría de los e-readers se encuentra en poder de una única compañía, Prime View International, basada en Taiwán. Cf. Tuo Yannan: “Is this the end of the chapter for e-book manufacturers?”, China Daily, 14 de enero de 2011.
  14. El estudio se basa en un informe de la consultora iSuppli. Cf. “Inside your iPhone”, The New York Times, 5 de julio de 2010.
  15. Cf. “Chinese manufacturers increase trade figures, but multinationals enjoy most margins”, People’s Daily, 2 de enero de 2011.
  16. Cf. “Growing Pains”, Beijing Review, 30 de agosto de 2010.
  17. Cf. ”Is this the end of the chapter for e-book manufacturers?”, China.org.cn, 14 de enero de 2011.

1 Comentario

  1. Stéphane

     /  01/05/2011

    Intéressant: L’usine du monde. http://t.co/bD7mRUw

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