Como señalamos repetidamente, no es necesario aguardar a que la tecnología del Sur se adapte a la del Norte, sino que puede avanzar con los materiales ya disponibles. Por supuesto, sería extraordinario contar con un 80% de penetración de Internet en África o con grandes inversiones en infraestructura en todas las regiones en desarrollo, pero –como señalaba Steve Vosloo–, eso tal vez nunca ocurra. Y en el caso de que algún día suceda, para ese momento los países industrializados seguramente habrán realizado otro salto tecnológico, con lo cual el problema de la disparidad de infraestructura subsistiría. De modo que la opción más eficaz es comenzar a trabajar ahora mismo, con lo que hay.
Para todas las acciones de mejora de infraestructura, de formación y de I+D, recomendamos adoptar la misma estrategia de prueba y error que sugeríamos a los editores. Desde nuestra perspectiva, un camino pragmático y heterodoxo permitirá hallar soluciones y al mismo tiempo eludir la frustración que experimentan los profesionales del libro respecto de las nuevas tecnologías. En este sentido, proponemos que el laboratorio comience sus actividades cuanto antes y haga foco en determinado grupo de países, inaugurando un plan piloto de 3 meses. Por cuestiones geográficas y por eventos ya realizados anteriormente en el seno de la Alianza Internacional de Editores Independientes, se podría empezar a trabajar con profesionales de África subsahariana y del mundo árabe. De ser posible, sugerimos sumar a algún emprendedor africano que posea experiencia en distribución de textos para celulares, por ejemplo de Sudáfrica.
Con este grupo de editores recomendamos actuar en diferentes vías:
1) Realizar un encuentro de formación de al menos 3 jornadas donde se traten temas como los siguientes:
- qué tecnologías conocen los editores, cuán extendido está su uso a nivel local, cómo construyen sus páginas web, cómo trabajan la maquetación de sus libros, qué oportunidades y peligros imaginan, etc.
- descripción de algunos sistemas implementados tanto en naciones industrializadas como en otros países en desarrollo;
- modelos de negocio, medios de pago y de cobro;
- contratos de derechos de autor y convenios de distribución digital;
- software de maquetación –tanto propietario como libre–, tipografías, DRM;
2) En función de lo que se discuta en el encuentro, abordar estas iniciativas:
- acompañar a los editores del grupo en la búsqueda de plataformas internacionales que les permitan distribuir sus publicaciones, en formato electrónico y POD;
- implementar mecanismos sencillos de cobro de las regalías obtenidas;
- explorar formas de optimizar la infraestructura local, sea cual fuere;
- elaborar un “pack de supervivencia digital”, especialmente preparado para los editores de las regiones involucradas, que incluya: plantillas para armar sitios web; instrucciones sobre cómo activarlas; tipografías libres; tutoriales sobre cómo exportar a PDF e ePub desde Quark, InDesign, Scribus, PageMaker y cualquier otro programa que los editores estén utilizando; recomendaciones sobre cómo distribuir publicaciones en celulares –según los dispositivos que existan en sus países–; nociones básicas sobre cómo emplear las redes sociales para promocionar libros y eventos. Este pack podría complementarse con nuevos tutoriales online.
- fomentar la vinculación de los editores con representantes del sector digital local –programadores, diseñadores web, desarrolladores de videojuegos, etc.
Esta primera experiencia piloto podría continuarse con otros 9 meses de actividades pensadas para editores de las demás regiones estudiadas y con la elaboración de los primeros informes tendientes a influir tanto en el sector público como en el privado. Para ese momento, el blog y otros recursos del laboratorio deberán ya estar completamente en línea.