Los primeros experimentos de edición digital en América Latina se remontan a fines de la década de los 90, es decir a los años de la primera burbuja de Internet. En esa época vieron la luz decenas de bibliotecas digitales en toda la región. En 1999, la asociación Bibliotecas Rurales Argentinas, en el marco del proyecto Crecer, fundó la Biblioteca Virtual Universal, con el objetivo de digitalizar textos de autores clásicos, en especial latinoamericanos y españoles. En ese año, también en Buenos Aires, fue fundado el portal Tiflolibros, primer repositorio digital para ciegos, en habla hispana. Un poco más tarde, en 2001, el escritor puertorriqueño Luis López Nieves creaba la Biblioteca Digital Ciudad Seva, a fin de acercar a los lectores el cuento clásico universal. Para la misma época se inauguraba en Perú la página Cholonautas (proyecto del Instituto de Estudios Peruanos) y luego su biblioteca virtual, especializada en ciencias sociales.
Simultáneamente, se inauguraron las primeras plataformas de venta de libros electrónicos –algunas de ellas todavía activas–, tales como Elaleph o Librosenred, ambas de Argentina.[1] Los formatos de archivo más comunes eran EXE,[2] PDF y LIT.[3]
Por diferentes motivos, esas plataformas pioneras no consiguieron convertirse en éxitos comerciales inmediatos. Sin duda las causas principales fueron la falta de hábito de lectura en pantalla entre los consumidores latinoamericanos y las pocas opciones de pago online.[4] Esta última razón también explica que las primeras experiencias de tiendas online de libros papel hayan tenido una expansión menor a la esperada.[5]
Asimismo, un elemento fundamental contribuía al pobre desarrollo del libro electrónico: en casi todos los países latinoamericanos, la edición tradicional de principios de la década de 2000 mostraba signos de gran dinamismo, [6] por lo cual los editores veían con menos interés la opción digital.[7] Por otra parte, la imagen de tiendas de música que cerraban o de discográficas tradicionales que comenzaban a flaquear debido a la reproducción no autorizada de CDs y de archivos MP3 vía web llevó a la mayoría de editores a postergar cualquier experimento con formatos electrónicos.
Sin embargo, desde mediados de la década de 2000 hasta hoy han surgido actores, tendencias y herramientas digitales que han determinado un cambio profundo en el paisaje editorial.
- En aquellos años, el peso argentino se hallaba sobrevaluado, lo que estimulaba la importación de tecnología y la creación de start-ups de Internet.↵
- Es decir, libros ejecutables como pequeñas aplicaciones de escritorio.↵
- La extensión Microsoft Reader LIT constituye una variante del formato Microsoft Compiled HTML Help, adaptada para incluir DRM.↵
- Según datos de la consultora Tendencias Digitales, especializada en estudios sobre el mercado digital latinoamericano, en 2007 –es decir, bastante después de la primera burbuja punto com– el 70% de los usuarios de Internet de la región aseguraba no haber realizado ninguna compra a través de la web. Las principales razones eran la baja penetración de tarjetas de crédito (32,6%) –en mayor proporción en Perú, Costa Rica y Ecuador– y la desconfianza en el medio de pago (31,6%) –con más incidencia en Costa Rica, Argentina y México–, además de otros factores como la desconfianza en la entrega del artículo (25,5%), la costumbre de escoger el producto en la tienda (24,5%), la falta de trato personalizado (15,4%) y los costos de envío (9,3%); cf. “70% de los usuarios latinos aseguran no haber comprado por Internet”, Internet-Latinoamérica, 19 de noviembre de 2007. La situación se ha revertido en los últimos años: la misma consultora muestra en un estudio de 2010 que un 49% de los usuarios latinoamericanos ya ha realizado alguna compra online. Los países más destacados en esta modalidad fueron Argentina, Brasil, Puerto Rico, México y Uruguay; cf. “Casi la mitad de los usuarios latinoamericanos ha comprado por Internet”, Internet-Latinoamérica, 4 de junio de 2010.↵
- Según datos del CERLALC, en México, Colombia y Brasil, las ventas de libros físicos a través del canal Internet entre 1998 y 2004 no superó el 0,2% del total. Cf. Uribe, Richard: La distribución del libro en América Latina, CERLALC, septiembre de 2006, p. 7.↵
- Con la excepción de Argentina, país que en los primeros años de la década de 2000 atravesó una profunda crisis económica.↵
- El estudio Percepción sobre el clima empresarial editorial – 2004 del CERLALC señala que el 79% de los profesionales encuestados vio un aumento en el nivel de ventas respecto del año anterior.↵