Al igual que en África subsahariana, la posesión de e-readers y tabletas en el mundo árabe se circunscribe a la capa más adinerada de la pirámide social. Las cifras de venta del Kindle no son conocidas, y dispositivos como el iPad se consideran productos de lujo. Como observa Ramy Habeeb:
No estamos presenciando un ‘fenómeno iPad’ como sí vemos en Occidente, y ello se explica en parte debido a que el iPad es bastante caro en Medio Oriente, en particular si se tiene en cuenta el nivel de salarios en Egipto o el Levante, comparados con el precio de venta del dispositivo… El único sector al que apuntan estos aparatos es a la elite, a la ‘clase A’ que puede pagarlo. Sin embargo, la cuestión más grave es que el AppStore y el iTunes son muy limitados en Medio Oriente, así que: ¿para qué tener un iPad si no puedo acceder a mi iTunes, si los contenidos en árabe del AppStore son tan insuficientes… Hay algunas aplicaciones, pero no tantas en idioma local como en Europa (…). Todo el contenido está en inglés, de modo que hay que ser bilingüe para darle un uso efectivo al AppStore.[1]
Ante la pregunta de si podría desarrollarse un e-reader en un país como Egipto, adaptándolo a las necesidades y expectativas de los lectores locales, Habeeb no se muestra demasiado ilusionado:
Me considero una persona bastante positiva, que cree que cualquier cosa es posible, así que dudaría en responder ‘no’. Pero en el fondo no lo creo demasiado posible… no. Aunque de todas formas, si hace cinco años alguien me hubiera preguntado si pensaba que la gente en Egipto disfrutaría de comer sushi, me habría reído, por considerarla una idea inverosímil; sin embargo, en la actualidad el sushi es la comida más popular de mi país. De modo que cualquier cosa podría ocurrir. Pero perdón, en el caso de los e-readers, ¡no lo creo!
- Diciembre de 2010, citado supra.↵