Aquí también podemos referirnos a Kotobarabia, que en su intento por diversificarse y abastecer el mercado interno, ha destinado esfuerzos a distribuir e-books a través de la infraestructura de celulares.[1] Para lograrlo, en 2009, el portal se asoció a Sarmady, brazo digital de Vodafone en Egipto.
Asimismo, la compañía austriaca Blackbetty Mobilemedia, especializada en software de lectura para móviles, ha realizado sus propias incursiones en el terreno. Jörg Hotter, CEO de Blackbetty, considera que la próxima fase de la edición digital en el mundo árabe –al igual que en África subsahariana– se jugará en esas pantallas diminutas que caracterizan a los 800 modelos de celulares hoy disponibles.[2] Lo interesante es ver el particular uso que esos pequeños dispositivos tienen –y tendrán– en la región. Según Hotter:
Existe una gran diferencia entre publicar libros en celulares para el mundo árabe y hacerlo para Europa. En Europa, se trata más bien de entretener a la gente, pues de todos modos los lectores tienen acceso a los libros impresos. Pero creo que en otros países, en los cuales la edición y la distribución de libros no están tan desarrolladas, es importante ofrecerle a la gente libros que no pueden comprar en las librerías (…). Pensamos que en estos países no es una cuestión de entretener, sino de hacer que los libros sean accesibles de una forma que ya es tecnológicamente posible. En numerosas partes del mundo árabe, la gente saltó una tecnología, pasando así a la era móvil directamente.[3]
Por otro lado, en mayo de 2010 se presentó en Túnez una aplicación para leer en el iPhone[4] material digitalizado por la Biblioteca Nacional. La herramienta, diseñada por la empresa Sanabil Med, puede descargarse gratuitamente y a febrero de 2011 permite acceder a 15 manuscritos en árabe y en francés. Sin embargo, dada la escasez de los dispositivos y de las tiendas de Apple en el mundo árabe, es lógico imaginar que los destinatarios efectivos de tales aplicaciones serán preponderantemente los usuarios extranjeros.
Si hasta el momento estos proyectos pioneros se han consagrado principalmente a adaptar publicaciones impresas a los dispositivos móviles, el cambio más profundo surgirá cuando –tal como vimos en el examen de África subsahariana– comiencen a publicarse textos especialmente pensados para ese soporte. En esta línea, el editor argelino Sofiane Hadjadj[5] se expresa sin ambages:
La telefonía móvil –de rápido desarrollo, ligera, flexible– ha hecho que toda la población se equipe. Esto ha generado nuevos modos de comunicación muy diversificados –desde la comunicación amorosa hasta la discusión profesional, desde el vínculo familiar hasta el llamado amistoso. Las personas –sobre todo los jóvenes– se han liberado de lo colectivo, para lograr por primera vez una esfera privada –en un hogar hay una sola TV, una sola línea de teléfono fijo, etc. Para la edición digital es claro que sobreponerse al retraso en equipamiento –computadoras, tabletas– demandará mucho tiempo. Las soluciones soft –de fácil utilización y económicas– serán privilegiadas, pues los jóvenes están aferrados a sus celulares.[6]
- Según datos de la Autoridad Nacional de Regulación de las Telecomunicaciones, la penetración de celulares en Egipto alcanzó el 72% en 2010. Cf. “Egypt reaches 72 per cent mobile penetration “, Commdot, 9 de abril de 2010. La presencia de Internet, en cambio, apenas supera el 20%. Cf. “Africa”, Internet World Stats, datos de febrero de 2010.↵
- Cf. Rossetti, Chip: “Austria’s Blackbetty Tackles Arabic Ebooks for Phones”, Publishing Perspectives, 22 de julio de 2009.↵
- Ibidem.↵
- Y en iPads.↵
- Director del sello independiente Barzakh, en 2010 ganó el premio de la Fundación Prince Claus “por haberle dado una forma concreta a las voces de Argelia, por abrir un espacio de reflexión crítica sobre las realidades argelinas, por construir un puente que conecta diferentes lenguas y culturas, y por superar creativamente el aislamiento cultural del país”. Cf. “Barzakh Editions profile”, Prince Claus Fund.↵
- Entrevista personal, enero de 2011.↵